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Desde pequeño Beethoven demostró grandes cualidades para la música. Su padre, que era músico y viendo que podría ser un niño prodigio como Amadeo Mozart, fue el primero en enseñarle a tocar el órgano, el clarinete y el violín. La infancia de Beethoven fue triste y penosa ya que era maltratado por su padre; a veces no iba a la escuela porque se quedaba en casa ensayando. Después recibió clases del organista C. G. Neefe. A la edad de 7 años dio su primer concierto en la ciudad alemana de Colonia y a los 11 causó gran admiración como pianista e improvisador; también publicó su primera composición titulada “9 variaciones sobre una Marcha de Ernst Christoph Dressler”.



Con 25 años dio su primer concierto público en Viena interpretando sus propias obras. Cuando empezó a quedarse sordo tuvo que interrumpir su carrera como intérprete pero siguió componiendo. Se puso en contacto con el inventor Johann Mäzelque para que construyera instrumentos que le ayudasen con sus dificultades auditivas.



Su obra se musical abarca desde el período del Clasicismo hasta los inicios del Romanticismo. Beethoven compuso muchas obras para diferentes instrumentos y de distintos estilos: 5 conciertos para piano y orquesta y 1 concierto para violín y orquesta, 32 sonatas para piano y una ópera titulada “Fidelio”. Fue muy popular su obra para piano “Para Elisa”. Sobre todo destacan sus nueve sinfonías las que le dieron popularidad, en especial la 3ª (Heroica), la 5ª (Del destino), la 6ª (Pastoral) y la 9ª en la que aparece la Oda a la alegría.

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